En una población en que el 90% de los individuos a partir de los 65 años toman medicinas diarias, y casi la mitad de ellos consumen cinco o más fármacos, no es de sorprender que los adultos mayores presenten la mayor susceptibilidad a complicaciones por exceso de medicinas, interacciones medicamentosas graves e impedimentos cognitivos que afectan sus actividades cotidianas.
Además del aumento del uso de medicamentos al envejecer, los cambios fisiológicos del cuerpo afectan la manera en que se absorben o metabolizan los fármacos. Según la Sociedad Gerontológica de este país, la mayoría del personal médico no recibe instrucción apropiada en geriatría para comprender de lleno las complejas necesidades de salud de los adultos mayores. No obstante, los fármacos nuevos se someten a muy pocas pruebas en personas de 65 o más años, así que pueden funcionar de forma distinta a la esperada. Con todo esto, la dificultad en administrar los medicamentos es la razón principal por la que muchas personas mayores pasan de una vida independiente a una vida en instituciones de atención médica.
A
pesar de estos riesgos inherentes, puede ayudar a que su progenitor esté al tanto de sus medicamentos de modo seguro y efectivo mediante la utilización de ciertas técnicas:
- Haga una lista de medicamentos personal. Escriba todos los fármacos que su padre consume (de estantería libre o por receta) que incluya a qué hora, la dosis, la forma (píldora, líquido, tableta, inyección, crema, gotas, etc.), razón de su uso, y fechas de inicio y término de cada uno. Anote cualquier alergia, efecto secundario o sensibilidad que presente al medicamento.
- Mantenga una copia de esta lista para referencia suya, déle una a su padre para que la lleve consigo en todo momento, y otra en el expediente o cuaderno donde guarde su información de salud.
- Brinde una copia al doctor y al farmacéutico para su revisión. (Actualice esta copia cuando haya algún cambio, e inquiera sobre cualquier posible interacción medicamentosa cada vez.)
- De ser posible, haga que le ajusten las instrucciones para todas las medicinas para que las pueda tomar en el mismo horario, de modo que le resulte más fácil a su padre.
- Familiarícese con su farmacéutico y simplifique el registro de los medicamentos usando la misma farmacia para adquirir todas las medicinas, y para comprar fármacos de estantería libre y suplementos. Los farmacéuticos tienen información más detallada de los medicamentos que los doctores, y pueden hacer sugerencias útiles a ambos respecto a prescripciones alternativas y dosis. Además, el programa de la computadora de la farmacia puede encontrar rápidamente cualquier interacción medicamentosa.
- Sugiera el empleo de un organizador de medicinas. Están disponibles en configuraciones diarias, semanales y mensuales. Algunos incluso se subdividen en mañana, tarde o noche. Verifique a menudo que su padre llene el organizador con regularidad.
- Insista en que su padre siga las instrucciones de los medicamentos al pie de la letra.
- Insista en que su padre se adhiera a una dieta nutritiva de forma regular, para ayudarle a prevenir interacciones entre medicinas y alimentos.
Reglas básicas para todas las medicinas
- Nunca tome el medicamento de otra persona
- No mezcle medicinas a menos que se lo diga el doctor.
- Tome el medicamento según la dosis y el horario indicado
- Jamás tome medicinas que hayan expirado (la composición química del fármaco cambia y ya no tiene el efecto curativo que se buscaba)
- Guarde las medicinas en lugares frescos, secos y oscuros para prevenir su descomposición química.
- Coloque los medicamentos en sitios donde los niños o los desconocidos no tengan acceso.
- Ponga las medicinas de cada persona en áreas separadas, para que nadie se equivoque al tomarlas.
- Abra las botellas en una superficie plana, como una mesa, para que sea más fácil encontrar una tableta que se haya caído.
- Quite el tapón de algodón de los frascos, porque atraen humedad.
- Guarde las medicinas tópicas y las orales (vía cutánea y por boca) en sitios distintos.
- Nunca tire los fármacos vencidos o que no usó en un cesto de basura donde los niños o las mascotas puedan encontrarlos.
Yerbas y medicamentos homeopáticos
- Trate a los productos herbolarios y otras medicinas naturales igual que si fueran medicamentos porque pueden generar efectos colaterales e interactuar entre sí o con los medicamentos alópatas.
- Recuerde que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios no analiza los productos herbolarios como lo hace con la medicina alópata: no hay garantía en cuanto a la potencia o los ingredientes usados.
- Vea en la etiqueta si reúne los requisitos de la AGEMED, lo cual indica si el producto ha sido examinado en pureza y calidad.
- Elija sólo los productos que citen claramente el nombre, dirección y teléfono del fabricante o distribuidor en la etiqueta.
- El recipiente debe llevar una tapa/sello de seguridad como protección de que no ha sido abierto.
- Como ciertas yerbas tales como ginkgo biloba, kava o la hierba de San Juan pueden interactuar con fármacos, infórmese lo más que pueda sobre el producto antes de tomarlo.
- Si su padre tiene diabetes, hipertensión, enfermedades cardiacas, enfermedad de Parkinson, una próstata anormal, alguna enfermedad autoinmune, complicaciones de coagulación sanguínea, alguna condición psiquiátrica, o algún problema médico severo, evite toda yerba a menos que sea bajo supervisión médica.
El abandono de los tratamientos
El abandono de los tratamientos es otro de los problemas en los ancianos. Se debe ser consciente de la posibilidad del incumplimiento terapéutico e instruir a los pacientes sobre lo que deben hacer en caso de olvidar alguna dosis. Para evitar los abandonos debe simplificarse la pauta terapéutica al máximo y si es posible, hacer coincidir la toma del medicamento con alguna actividad, como pueden ser las comidas, que refuerce la memoria del paciente. De ser posible, se elegirán fármacos o presentaciones farmacéuticas que permitan una sola administración diaria, ya que la mayor comodidad mejora el cumplimiento.
En resumen ante un paciente geriátrico siempre hay que intentar que tome el menor número de medicamentos posible, prescribir formas farmacéuticas bien toleradas y con pautas simples y cómodas, ajustar la dosis y educar al paciente o a los familiares acerca del uso correcto de los fármacos y de la importancia de la no automedicación.
No lo olvide: Pregunte siempre a su farmacéutico. Él le informará sobre éstas y otras cuestiones relacionadas. Y recuerde que la intervención farmacéutica supone una elevada garantía en el proceso global de adecuación, efectividad y seguridad de los tratamientos con medicamentos.